Qué importante es optimizar nuestra web y nuestros contenidos para que hagan felices a los distintos robots indexadores o, al menos, al de Google… Cuánta repercusión tiene cada nueva revisión del algoritmo que el gigante de Internet utiliza para repartir las tan ansiadas primeras posiciones de sus resultados de búsqueda. Cuántos no se aprovechan de los recovecos de dicho algoritmo para hacer que sus páginas ganen posiciones a base de argucias y ciber-subterfugios.

No digo que la optimización SEO no sea importante, es más, es absolutamente necesaria. Sin embargo, para alguien que está iniciando un negocio o que desea posicionar sus productos servicios o, incluso, a sí mismo, mi recomendación es que emplee sus esfuerzos en algo que, a la larga, estoy seguro le dará muchos mejores resultados. Estoy hablando de posicionarse en la mente de tus clientes y, gracias a Dios, tus clientes son algo más que búsquedas en Google.

Así, a bote pronto, el posicionamiento tiene que construirse en la mente de nuestros clientes y potenciales clientes en cada interacción que podamos tener con ellos sea cual sea el canal. El objetivo de cada interacción debe ser que el cliente perciba eso que nos hace diferentes. Ese factor diferenciador sobre el que reflexionamos en mi anterior post es lo que nos va a traer a nuestro cliente, y no a cualquier  cliente, nos va a traer a usuarios que demandan nuestros productos que, además, son afines a nuestra forma de entender el servicio y la forma en la que ofrecemos el servicio, es más, seguramente nos traiga clientes que consideren positiva la filosofía de nuestro negocio. Probablemente, estos usuarios puedan llegar a convertirse en fans y, lo que es más importante, en nuestros prescriptores.

El factor de nuestro negocio que convirtamos en bandera y buque insignia de nuestros servicios no debe quedarse en una simple promesa y, para ello, debemos tener una fe firme e inquebrantable porque en la medida en que nosotros cuidemos ese factor como lo más valioso, nuestros clientes lo percibirán de la misma manera, lo valorarán, lo amarán e incluso, lo defenderán si es necesario.

Dicho esto, aquí viene la clave del buen posicionamiento en internet. Si eres capaz de transmitir eso que te hace diferente de manera que tu público objetivo lo perciba, conozca e incluso lo sienta tal como tú lo haces, tendrás la posición número 1 en la cabeza de tus clientes que, seguramente, será el paso más firme que puedas dar a ostentar también la posición número 1 en Google y cualquier buscador para aquello para lo que tus servicios o productos son realmente relevantes y únicos.

Conocer a nuestro cliente va a ser básico para poder transmitir de una forma efectiva nuestro valor diferenciador. Necesitamos «hablar su mismo lenguaje». Aunque, desde luego, no será lo único necesario. Necesitaremos además:

Visibilidad: Estar allí donde están nuestros clientes y no sólo en el mundo online, también en el offline.

Aportar valor desde el primer momento, y eso probablemente, ya no consista en regalar bolígrafos o gimmicks en un congreso, ni tampoco en tener la web más bonita y actual o llenar de banners todo el ciber-espacio. Aportar valor tirará más por colaborar con la sociedad, generar progreso, facilitar recursos relevantes para nuestros clientes, innovar, etc. En una palabra, ayudar. Ayudar a nuestro cliente que busca una caña de pescar, acercándole no los peces, si no una app con un mapa interactivo donde ubicar los mejores sitios para pescar, por poner un ejemplo tonto. Servicio al cliente, no productos.

Generar experiencias memorables, no sólo vender algo. Crear una experiencia de éstas, es fácil… sólo tienes que hacer que tu marca lance a una persona a la estratosfera, ésta se deje caer y se vea en medio mundo… es broma, en realidad puede ser mucho más fácil. Una experiencia memorable aparece cuando hacemos a alguien vivir algo diferente o inesperado y lo podemos conseguir de muchas maneras: con un servicio de atención al cliente eficaz que demuestre interés real por solucionar los problemas del usuario; con un servicio post-venta pro-activo, vendiendo soluciones que van más allá de simples productos, mimando todas y cada una de las interacciones con el cliente, etc.

Facilitar el boca a boca y convertir a nuestro orgulloso cliente en el centro para que como protagonista de una buena experiencia quiera contarlo a otros iguales.

Creer firmemente en nuestra propuesta de valor y hacer visible lo orgullosos que nos sentimos de la misma.

Más adelante volveré al tema del cliente para seguir profundizando y concretar acciones que considero accesibles a cualquiera para poder satisfacer todos y cada uno de los requisitos expuestos arriba para poder transmitir de forma efectiva nuestro valor diferenciador y conseguir así el mejor posicionamiento para nuestros productos o servicios.

En esta ocasión, me gustaría que os centrarais en el cuadro del Internet Presence Canvas dedicado a los clientes. Se trata de identificar a nuestro público objetivo y recoger aquellas características que los definen y que nos van a permitir acercarnos y ser relevantes para ellos.

En el próximo post, empezaremos a tangibilizar nuestro posicionamiento mediante la creación de contenidos, que no exclusivamente publicidad, para los diferentes canales tanto on como off-line. Os prometo que ningún contenido será, ni irá en la línea de grabar al intrépido que se lanza desde la estratosfera…

Saludos y muchas gracias por leerme 🙂

Author Fran Madrigal

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